Procesos Emblemáticos
José do Telhado
O PROCESO (1859-1861)
Zé do Telhado fue jefe de una cuadrilla de bandidos, pero su fama obedece al hecho de que «robaba a los ricos para dárselo a los pobres»: una especie de Robin Hood portugués. Ello le convirtió en una leyenda, confiriéndole una imagen romántica propiciada, en gran parte, por Camilo Castelo Branco, con quien estuvo preso en la cárcel del Tribunal de Apelación de Oporto. Ambos se hicieron amigos y el escritor le rindió homenaje en el libro Memórias do Cárcere [Memorias de la cárcel].
Fue detenido en 1859, juzgado en el Tribunal Judicial de Marco de Canavezes (el proceso judicial empezó el 25 de abril de 1859) y desterrado de por vida a la costa occidental de África. Aunque posteriormente le conmutaron la condena por quince años de destierro, finalmente murió en Angola.
José do Telhado
José Teixeira da Silva nació el 22 de junio de 1818 en Telhado, Castelões-Penafiel. A los catorce años fue a vivir con un tío suyo en Caíde de Rei, Lousada, y a los veintisiete se casó con su prima Ana Lentina de Campos, con la que tuvo cinco hijos.
Hizo la carrera militar, en la que destacó significativamente, llegando incluso a obtener la más alta condecoración portuguesa: «la Orden de la Torre y la Espada, del Valor, la Lealtad y el Mérito». Sin embargo, su participación en el bando vencido de la revuelta de Maria da Fonte (1846) supuso su expulsión del ejército. Carente de un empleo, terminó por relacionarse con forajidos y lideró una cuadrilla de bandidos que perpetró varios asaltos en las regiones de Baião, Celorico de Basto, Fafe, Felgueiras, Lousada, Marco de Canaveses y Santa Cruz de Riba Tâmega, entre otras.
En 1859 estuvo preso en la cárcel del Tribunal de Apelación de Oporto. Tras ser juzgado por el Tribunal Judicial de Marco de Canavezes (el juicio empezó el 25 de abril de 1859), fue desterrado de por vida a la costa occidental de África, pero el Tribunal de Apelación de Oporto le conmutó esta pena por quince años de destierro.
De camino hacia su destierro en África, se estableció en Malange, donde residió hasta su muerte, a los cincuenta y siete años de edad, como un prestigioso empresario y muy querido por los lugareños. Ahí se casó de nuevo y, fruto de ese matrimonio, tuvo tres hijos.
En el pueblo de Xissa, municipio de Mucari, donde fue enterrado, se erigió un mausoleo en su honor que, hasta la fecha, sigue suscitando interés.
LAS MAZMORRAS DE LA CÁRCEL DEL TRIBUNAL DE APELACIÓN
En la cárcel del Tribunal de Apelación de Oporto, donde estuvo preso, conoció al escritor Camilo Castelo Branco, y ambos se hicieron amigos.
Camilo le confiesa sus temores de que el tío de Ana Plácido soborne a alguien de la cárcel para que acabe con su vida. Zé do Telhado le tranquiliza, asegurándole que, si alguien llegara a tocarle un pelo, no bastarían tres días y tres noches para enterrar a todos los muertos.
La amistad entre ambos hizo que Camilo compartiera con Zé do Telhado su abogado defensor, Marcelino de Matos.