Procesos Emblemáticos
Proceso de Soalhães
O PROCESO (1933-1934)
SOALHÃES, 25 de febrero de 1933.
Pueblo del municipio de Marco de Canavezes.
Una mujer, Arminda de Jesus, es acusada de brujería, agredida con palos y azadas, y quemada viva por los lugareños, en una especie de exorcismo del alma para así liberarla de los malos demonios que, según ellos, la poseían.
Arminda de Jesus estaba casada —su marido había emigrado a Brasil— y era madre de dos niños de corta edad.
El pueblo donde vivía era conocido por sus numerosas creencias y supersticiones, y sus habitantes, profundamente inspirados por El Libro de San Cipriano, según atestiguó en su día Joaquim Monteiro, párroco de la localidad, eran muy dados a los conjuros y embrujos.
El juicio de tan insólito y macabro crimen se celebró el 30 de mayo de 1934, en el Tribunal Judicial de Marco de Canavezes. Los cuatro acusados fueron condenados a una pena de seis años de prisión, seguidos de diez años de destierro, o bien a una pena fija de destierro durante veinte años. También se fijó una indemnización para los representantes de la víctima, que ascendía a 6.000 escudos (el equivalente a unos 5.600 euros), que debían pagar solidariamente todos los acusados.
“O CRIME DE ALDEIA VELHA” [EL CRIMEN DE PUEBLO VIEJO]
El macabro episodio de Soalhães sirvió de inspiración para la obra de teatro O Crime de Aldeia Velha [El crimen de Pueblo Viejo], de Bernardo Santareno, que refleja la represión social sobre la libertad y la individualidad en el Portugal del Estado Novo. Fechada en 1959, la obra fue estrenada por el Teatro Experimental do Porto el 18 de diciembre de ese mismo año. Posteriormente, Manuel Guimarães la llevó a la gran pantalla, con el mismo nombre, en 1964.